Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Diógenes Infante, fundador del curso propedéutico de ingreso de la USB. Un biólogo destacado y fundador de la empresa Biofarm.
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AEUSB: Bueno, Diógenes, primero queríamos comenzar esta entrevista preguntándole un poco, que nos cuente más sobre usted, qué fue lo que estudió en la Simón Bolívar y cuál fue su experiencia como estudiante durante esos tiempos.
Diógenes: Yo soy egresado de la carrera de biología, de los primeros, es decir, fuimos la primera cohorte que empezó a estudiar en biología y mi experiencia en la universidad, la verdad es que fue bien amplia porque yo fui dirigente estudiantil, fui miembro del centro estudiante en dos ocasiones y fui el encargado de establecer la proveeduría estudiantil que originalmente funcionaba en la casa del estudiante, cuando yo ingresé estaba en un localcito.
Al poco tiempo nos mudamos al edificio de matemáticas del sistema, al MYS, y sobre este edificio tengo una pequeña historia. Cuando yo ingresé a la universidad, ese edificio todavía lo estaban construyendo. Yo ingresé en el año 73 y todavía lo estaban construyendo. Pero en mi segundo trimestre ya empezaron a usarlo, a pesar de que no estaba terminado, ya empezaron a usarlo.
Entonces empezamos a tener clases en el MIS, que fue creo el tercer edificio que construyó el MYS. Cuando nos daban los papeles de la inscripción, primero se llamaba matemáticas y sistema y el código del edificio era MT: MT-101, MT-102. Y los estudiantes comenzamos a llamarlo el medio terminado, tengo clase en el medio terminado, en el MT. Al trimestre siguiente le cambiaron el nombre a matemáticas y sistemas para quitarle la mala huella.
Pero al margen de esta historia. La proveeduría funcionaba originalmente en la casa del estudiante, un pequeño local que estaba al fondo, y yo la mudé a un local que había construido la universidad en el edificio de matemáticas y sistemas, en el MYS. En la casa del estudiante era una ventanilla y ahí teníamos una barra, teníamos una vitrina, un estante, una oficinita en la parte de atrás, etc.
Y eso hizo un cambio notable. Además, yo fui de los fundadores de la carrera de biología, y yo fui de los que logramos establecer que la Universidad Simón Bolívar fuera lo que es. Es decir, nosotros como dirigentes estudiantiles nunca nos fuimos en contra del modelo de la universidad. Sino que nuestra labor fue tratar de que el modelo de la universidad se fuera corrigiendo y fuera siendo más racional, lo quiero poner en un ejemplo. Nosotros nos dimos cuenta en esa época que la universidad, en el examen de admisión, seleccionaba negativamente a los estudiantes que venían de los liceos públicos.
La proporción en la ciudad, en Caracas, era 70% venía de liceos públicos y 30% de colegios privados y en la universidad 70% venía de colegios privados y 30% venía de liceos públicos.
Cuando nosotros nos dimos cuenta de eso, no es que nos fuimos en contra del examen de admisión. Sino que, primero, nos dimos cuenta que la mayoría de los estudiantes de los liceos públicos pensaban que la universidad era una universidad privada. Ese error todavía hace un par de años lo cometió uno de estos locutores de la televisión pública. Y lo segundo, organizamos un curso propedéutico, o sea, hicimos promoción a la universidad y organizamos un curso propedéutico que ayudó a nivelar a los que venían de los liceos y a darles un mejor nivel. Y sobre todo una confianza y el interés de que ingresaran a la universidad. Eso es un ejemplo.
Entonces, no fue irse en contra del examen de admisión, sino irse en contra del examen mal implementado y buscar que fuera algo más equilibrado.
AEUSB: ¿Qué mensaje le puedes dar hoy día a la dirigencia estudiantil de la Universidad Simón Bolívar?
Diógenes: Bueno, yo creo que tenemos que seguir siendo consecuentes con la universidad. Tenemos que seguir siendo consecuentes con lo que es el futuro. Porque finalmente los que están ahí hoy en día, ese es el futuro de ellos. Yo también cuento una anécdota que a mí en la personalidad me agrada.
Yo después que me gradué hice un postgrado en Francia, hice un doctorado en la universidad que hoy en día es la Universidad de Paris-Saclay, que es la mejor universidad de Francia. Y el día que yo me senté a recibir clase, yo me di cuenta que yo estaba al mismo nivel que los estudiantes franceses y de otras nacionalidades que estaban en el programa. No éramos muchos, éramos como 15 o más o menos, pero yo estaba al mismo nivel de ellos, entonces, creo que vale la pena pelear por la universidad. Y sobre todo, vale la pena pelear porque la universidad sigua teniendo un buen nivel.
Porque finalmente eso es lo que mejor es lo que le queda a uno.
AEUSB ¿Cuál sería ese consejo para esos primeros pasos que están dando?
Bueno, fíjate, yo empiezo un poquito atrás.
Cuando nosotros estudiamos, en la época, veníamos de todo ese movimiento de los años 60, del hippismo, el mayo francés, el festival de Augusto, Greta y todo el mundo. Y el criterio que tuvo la universidad, que fue el que nos formó a nosotros, era el técnico humanista.
Entonces, estudiábamos una carrera de técnica, pero veíamos un montón de cursos de estudios generales, donde había de todo, había música, incluso nosotros como estudiantes pusimos el deporte como una materia de estudios generales.
Pero yo creo que hoy en día, no es el técnico humanista, no es que no sea importante la parte humana, claro que sí es importante, pero yo creo que hay que ser el técnico emprendedor. Y darnos cuenta que necesitamos eso. Transformar el país a través del emprendimiento, a través de la creación de empresas, a través de la aplicación de los conocimientos que nos da la universidad, para generar un bienestar colectivo a través de empresas.
¿Por qué?
Generamos riqueza, generamos fuentes de trabajo, generamos un beneficio para la economía general del país. Entonces, hay que ser el emprendedor y tratar de llevar adelante las ideas, noes fácil, uno se estrella muchas veces, y se lo digo porque esa ha sido mi historia personal. Yo empecé con una empresa como en el año 95, como estudio económico y todo, y no se pudo en esa época.
Y bueno, seguí insistiendo, seguí insistiendo, seguí insistiendo, y ahora les voy a enseñar esta, que es una empresa de alta tecnología en agricultura.
AEUSB: ¿De dónde surgió esa idea, esa iniciativa de crear Biofarm, que es lo que es hoy día?
Diógenes: Claro, fíjate, yo estudié biología y después hice un posgrado en microbiología. El posgrado que yo hice era en la interacción entre plantas y bacterias, es decir, las bacterias que se asocian con las plantas y le dan un beneficio.
En el caso de lo que yo estudié, el beneficio es que esas bacterias convierten, el nitrógeno del aire, en amonio y son un fertilizante natural. A raíz de esa experiencia, la vida me llevó, no a la microbiología, sino a la biotecnología de plantas.
Es decir, pasé la bacteria en las plantas. Y empecé a estudiar hace años una enfermedad, que era el mosaico amarillo en el tomate. Creo que todavía sigue existiendo ese problema. Y nosotros estuvimos desarrollando una planta que fuera resistente a ese virus.
Había varios enfoques en esa época. Y me ocurrió una vez que fui para un congreso donde había un mexicano que trabajaba con un virus que era parecido al que nosotros estudiábamos. Son una familia de virus de los tomates, pero lo estudiaba en el pimentón. Y él estaba dando su charla y dice, bueno, yo empecé a estudiar este virus, y de repente, afortunadamente, el virus se regó por todo México.
Entonces, uno se da cuenta de lo que dice, ¿no?
Dice, oye, qué bueno que todo el mundo tiene sida, porque yo investigo en sida, ¿no?
Entonces, bueno, afortunadamente para mí que era el investigador, pero por México fue un desastre porque el cultivo de pimentón se vino abajo. Y yo me di cuenta y dije, oye, uno es como una especie de vampiro, ¿no?
O sea, si yo estoy... Yo estoy a punto de morir que yo tengo un problema interesante que estudiar. Yo quiero hacer ciencia en positivo.
Yo estuve reflexionando. Y me di cuenta que desarrollé el sistema de corporación masiva de plantas. Era ciencia en positivo. Tú estás generando más comida, plantas y notablemente, como estaba en Venezuela, me puse a investigar el cacao.
Porque además el chocolate hace feliz a la gente. Entonces, ya... No estás como un vampiro esperando que el tipo vaya muriendo cuando tú estudias, sino que vamos a hacer los niños felices porque todo el mundo le gusta el chocolate, ¿no? y eso me implicó un cambio, ¿ves?
Entonces, eso vino acompañado. La verdad es que confieso que hace algunos años me dieron un importantísimo apoyo económico por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Y a raíz de la experiencia, de estar ejecutando cosas que son finalmente de la administración pública, bienes públicos, que al final no son de nadie, sino de los burócratas de turno, yo decidí que parte de lo que yo hubiera logrado hacer, es decir, nosotros logramos propagar el cacao, logramos propagar la yuca, propagar el café, los agaves, que ahora están de moda en Venezuela porque hemos descubierto, redescubierto el cocuy.
Entonces, yo hice todos los estudios, pongo por una empresa, de propagación de plantas, que todavía está pendiente, porque no, esto no es eso. Entonces, después me fui a Ecuador por el programa Prometeo y estuve haciendo todo ese planteamiento en Ecuador. Hice todos los estudios, etc.
Y un día llegaban y me consultaron sobre un proyecto que era parecido, pero era distinto, que es la producción en condiciones controladas, en condiciones controladas de vegetales, ¿ves? Y entonces me di cuenta que esto era una tecnología moderna que se aplicaba a lo que yo había estudiado, lo que yo había hecho y cuando lo hice era tecnología de punta, pero había un montón de cambios y el más importante tenía que ver con que en el mercado había lámparas LED que tenían espectro específico para la agricultura.
Nosotros usábamos una lámpara fluorescente, cuyo espectro no es el correcto, pero era lo que había, pero las de ahora pueden tener espectro distinto, porque hay los LED de todos los colores, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo, y esos LED se combinan y esas combinaciones han abierto un nuevo campo, que se llama la fotobiología, es decir, cuál es la incidencia de la luz en las plantas.
Y eso tiene un montón de aplicaciones interesantes. Incluyendo el uso de luz para que las plantas sean resistentes a enfermedades, le puedes cambiar la forma, le puedes cambiar el color, le puedes cambiar el contenido nutricional, variando la fuente luminosa al que tú le pongas luz.
Entonces, yo me di cuenta y el proyecto original de propagación masiva de plantas mediante el proceso de embriogénesis somática, me di cuenta que podemos hacerlo para producir vegetales verdes. me di cuenta que podemos hacerlo para producir vegetales verdes. Es decir, producir directamente las verduras.
En el otro caso era producir las plantas que iban a usar los agricultores. Y pues logramos arrancar este proyecto, que empezó con un proyecto piloto en un contenedor, que eran como unos 35 o 40 metros cuadrados, a esta sede, que se hizo específicamente para eso, donde tenemos como unos 500 metros cuadrados, de los cuales hay al rededor de 300, donde tenemos como unos 500 metros cuadrados, de los cuales hay alrededor de 300, que tienen que ver con la producción, y el resto son las oficinas y algunos servicios, baños, comedores, etc.
Y esto, además, tenemos lo que se llama la agricultura biológicamente inteligente, porque nosotros controlamos todos los factores que están relacionados con el crecimiento de las plantas. Y tenemos una serie de sensores que nos están monitoreando constantemente y que están ajustando los valores que son necesarios y los mantienen dentro de un rango.
Entonces, esencialmente tenemos las plantas que tienen en la parte superior, en donde están las hojas, en nuestro caso es lo que nosotros producimos, es lo que se come, producimos lechuga, producimos albahaca, producimos cilantro, uno se come en la hoja. Y nosotros tenemos sensores que controlan el ambiente, la humedad, la temperatura, el nivel de CO2.
Las plantas hacen fotosíntesis y la fotosíntesis es CO2 más agua, azúcar. Y eso es el origen de todo.
El petróleo es la fotosíntesis de hace millones de años. Entonces, tú vas al planeta Marte no hay CO2, parece que hay agua, pero no hay fotosíntesis, no hay petróleo, ni va a haber nunca.
Entonces, por una parte controlamos el ambiente donde crecen las plantas y la luz, que son lámparas LED que, como digo, tienen espectro específico que las prendemos y las apagamos a voluntad. Y en la parte de abajo está la solución nutritiva que tiene una serie de sales hidropónicas y que nosotros también tenemos sensores que controlan la conductividad y el pH y que se mantiene todo dentro de un rango. Eso permite tener una agricultura que es, como en el caso nuestro, somos 175 veces más productivos por metro cuadrado que la agricultura tradicional.
Nosotros producimos 175 kilos de lechuga por metro cuadrado por año y la agricultura tradicional produce entre 1,5, 2, 3kilos de lechuga por metro cuadrado. Tenemos una productividad que es superior con una desventaja.
El sol es gratis, la lluvia es gratis y nosotros tenemos que tener electricidad para funcionar los sensores, las luces y las bombas que mantienen circulando la solución nutritiva. Es decir, esto tiene una productividad, pero tiene un costo que es mucho mayor. Pero con esta tecnología yo puedo producir, en teoría, lo que sea en cualquier lugar.
Entonces, en la Antártida se producen vegetales, en la estación espacial se producen vegetales. Porque como yo controlo el ambiente donde crecen las plantas, la iluminación, etc.
Entonces, quiero poner un ejemplo que no me agrada, pero que es cierto. Hay granjas que, bueno, están en otra escala, que tienen un nivel de automatización que llegan casia 300 veces la productividad comparada con la agricultura tradicional. En el desierto de Dubái están intentando producir cacao, que es un árbol de la selva tropical.
Entonces, pronto va a haber cacao hecho en unos milagros árboles en un desierto de medio ambiente.
AEUSB: ¿Unas palabras finales para tus compañeros regresados a la Simón Bolívar para que se conecten nuevamente con su universidad?
Diógenes: Bueno, tenemos que tener fe en nuestro país. Tenemos que tener fe en nuestra universidad.
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